Aunque nuestro oído funciona con una versatilidad asombrosa, muchas veces no somos conscientes de ello. Somos capaces de escuchar sonidos sumamente intensos (y nuestro oído nos protege de ellos, hasta cierto grado) pero, sorprendentemente, también los más tenues. La pregunta es: ¿cuán tenues? Bastaría realizar un simple experimento.
La experiencia, descrita por Alton Everest (“The Master Handbook of Acoustics”, McGraw-Hill 2001), se realiza en una cámara anecoica (una cámara anecoica es un cuarto que no permite el ingreso de ruidos al interior y además tiene en sus paredes internas una serie de cuñas, incluso en el piso, que absorben cualquier sonido generado dentro). Debería ser suficinete sentarse en este recinto y esperar. ¿Qué sucedería a continuación?
En primer lugar, llamaría la atención la ausencia total de los sonidos cotidianos: el tráfico, la gente, la naturaleza, etc. El silencio parecería abrumador. Sin embargo, luego se empezarían a descubrir nuevos sonidos: a los diez o quince minutos los latidos del corazón; después de una hora, el ruido de la sangre fluyendo por los vasos sanguíneos. Finalmente, si fuésemos lo suficientemente pacientes, comenzaríamos a escuchar un extraño siseo: el sonido de las partículas de aire impactando contra nuestro tímpanos.
Esa sensibilidad es sencillamente asombrosa y representaría el umbral de la audición. Coincidentemente, no necesitaríamos una sensibilidad mayor pues cualquier sonido de menor nivel quedaría enmascarado por el ruido del impacto de dichas partículas de aire.
Aunque no hemos tenido aún la suerte de realizar este experimento por la dificultad de encontrar una cámara anecoica, invitamos a nuestros lectores a realizarlo y contarnos si lograron completarlo.
Crédito fotográfico: Jacob Kirkegaard (foto de sí mismo publicada en fonik.dk, página web de este artista danés).
No al plagio
El “lucu” reconoce los créditos de las fotos, sonidos y textos obtenidos de otras fuentes. Todo el resto constituye material obtenido por él mismo o redactado de manera original. Por eso, si copias algo total o parcialmente de este sitio debes citarlo (escribiendo algo como “tomado de lucusonidos.com”). ¡Gracias por hacerlo!